Un hermoso espectáculo nos brindó la naturaleza con el eclipse de luna del 20 de febrero. Mientras la miraba, vino a mi mente el poema de García Lorca, que deseo compartir.
La luna vino a la fragua / con su polizón de nardos.
El niño la mira, mira. / El niño la está mirando.
En el aire conmovido / mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura, / sus senos de duro estaño.
—Huye luna, luna, luna. / Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón / collares y anillos blancos.
—Niño, déjame que baile. / Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque / con los ojillos cerrados.
—Huye, luna, luna, luna, / que ya siento los caballos.
—Niño, déjame, no pises / mi blancor almidonado
El jinete se acercaba / tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño / tiene los ojos cerrados.
Por el olivar venían, / bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas / y los ojos entornados.
¡Cómo canta la zumaya, / ay, cómo canta en el árbol!
Por el cielo va la luna / con un niño de la mano.
Dentro de la fragua lloran, / dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela. / El aire la está velando.
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