Un fantasma recorre el mundo. El fantasma del hambre, la desesperación y la muerte. Todas las fuerzas del capitalismo se han unido en santa cruzada para azuzar a ese fantasma: El Banco Mundial, El Fondo Monetario Internacional, Bush, Brown, Sarkozy y acólitos.
Mientras tanto, millones de desesperados, de miserables de la tierra, ven como día a día sus ilusiones se hacen polvo y sus sueños se esfuman. ¿Quién habla por ellos? ¿Quién se atreve a enfrentar cambios radicales para que esta brutal situación se revierta?
De este hecho resulta una doble enseñanza.
Que los principios que Carlos Marx y Federico Engels relatan en su Manifiesto de diciembre de 1847 y enero de 1848 cobran vigencia cada día de una manera brutal.
Que ya es hora de un renacer y que el mundo entero comprenda que solo mediante una equitativa redistribución de la riqueza bajo el concepto de "A cada quien según sus capacidades y a cada cual según su necesidad", lograremos la supervivencia y un verdadero mundo de paz y progreso.
Que viva el primero de Mayo.
La Internacional.
Arriba los pobres del mundo / De pie los esclavos sin pan.
Y cantemos todos unidos / Viva la internacional.
Removamos todas las trabas / Que oprimen al proletario.
Cambiemos el mundo de fase / Hundiendo el imperio burgués.
Agrupemonos todos / En abrazo final.
Y se alcen los pueblos / Por la Internacional.
Agrupemonos todos / En abrazo final.
Y se alcen los pueblos con vigor / Por la Internacional.
No más salvadores supremos / Ni César ni burgués ni Dios.
Que nosotros mismos haremos / Nuestra propia redención.
¿Dónde tienen los proletarios / El disfrute de su bien?
Tenemos que ser los obreros / los que guiemos el tren.
Agrupemonos todos / En abrazo final.
Y se alcen los pueblos / Por la Internacional.
Agrupemonos todos / En abrazo final.
Y se alcen los pueblos con vigor / Por la Internacional.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario