martes, 12 de octubre de 2010

Viva Chile


Es de noche. Y cuando acá, en Panamá el reloj de mi computadora marca las 12:27 de la madrugada, en el frío y desertico Atacama, la capsula desciende para traer de vuelta al cuarto minero arrancado de la profundidad de la madre tierra,Carlos Mamani.
Es una noche, nochebuena. Noche de amor y de esperanza. De fé y coraje. De hermandad y lealtad.
Es una noche en que nos sentimos agradecidos por la humanidad que llevamos dentro, orgullosos de ser latinoamericanos, hermanos del pueblo chileno y de los 33 mineros que nos han dado una lección de lo que representa realmente el espíritu humano.
En estos momentos canto con Violeta Parra; "Gracias a la vida, que me ha dado tanto", y esta noche me da la oportunidad de presenciar un acontecimiento de dimension universal que espero no se repita nunca más.
Esta noche, fría y mágica en un desierto chileno, es la avanzada del día brillante y esplendoroso en que Luis Urzúa abandonará las entrañas de la mina para poner punto final a esta epopeya del esfuerzo humano.
Mientras tanto, será una larga noche y desde la cintura de América a mí, lleno de emoción y sentimientos, me costará conciliar el sueño.
Chi... Chi... Chi... le... le... le... VIVA CHILE.

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